Había una vez

Había una vez que se era, un mundo al revés, que se revelaba incierto.

Y en su incertidumbre abrumabada a los hombre y mujeres hambrinetos.

Hambrientos de sorna y plomo.

Hambrientos de oro y lodo.

Había una vez que se era un cuidadanía ciega incapadaz de ver su cordura.

La corduara del que crea y perdura.

Del que crea comunidad y perdura en el tiempo.

Compartiendo y haciendo.

Dando y construyendo.

Había una vez que se era una cuidadanía que decidió no ver.

Ver sería la clave, pero para ver había que creer.

Y allí no creía nadie.

Naide quería creer en sí mismo, ni en los demás.

Con lo cual, quien crees tú que se va a salvar?

La Madre Tierra lo decidirá.

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